La vida está llena de decisiones. La primera que tomamos es al nacer, decidimos vivir por instinto en vez de permanecer en el vientre de nuestras madres y morir asfixiados. Luego, nuestros padres toman decisiones por nosotros: deciden qué ropa ponernos, deciden dónde vamos a estudiar, deciden qué amigos debemos tener, en fin, un sin numero de decisiones que afectan nuestras vidas y van forjando nuestro carácter.
Recuerdo la primera decisión que tomé a conciencia como adulto, fue que profesión iba a estudiar y en que universidad lo haría. A pesar de los comentarios en casa, fui firme en mi decisión de estudiar Ingeniería de Sistemas . Varias veces mientras cursaba la carrera dudé sobre mi elección y hasta algunas veces pensé en cambiarme de carrera, pero luego me recordaba de mi decisión y entonces seguía adelante a pesar de los obstáculos.
Luego, antes de terminar la carrera, mi novia salió embarazada. En vez de hacer lo que la mayoría de los jóvenes haría, yo decidí casarme y formar una familia, esa ha sido una de las más sabias decisiones que he tomado en mi corta vida
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